A LA COMUNIDAD DEL IPN.
A LA COMUNIDAD DE LA ESIA-UZ.
A LA OPINIÓN PÚBLICA.
Por este medio, hacemos una denuncia pública
de las acciones que se han suscitado al interior de la Escuela Superior de
Ingeniería y Arquitectura Unidad Zacatenco (ESIA-UZ) en los últimos meses; y de
las cuales hacemos responsables a las autoridades de la misma, que es
encabezada por el M. en C. Pino Durán Escamilla; con respecto al uso de los
espacios del Aula Magna, el Auditorio “Ing. Salvador Padilla Alonso” y los
laboratorio de cómputo; puesto que en varias ocasiones, la Coordinadora
Estudiantil Politécnica (C.E.P.), así como varios miembros de la ESIA-UZ, hemos
solicitado estos espacios para hacer uso de ellos, como sucedió los días 02 y
03 de mayo del presente año; para ello, se llevó a cabo la tramitología que
requiere la solicitud del Auditorio para realizar actividades (conferencias) en
el marco del Día del Constructor; actividades que no infringen ni violentan de
ningún modo la legislación que rige al IPN y cuya única intención es la de
llevar información a la comunidad con respecto a temas que son de interés
general y académico, y que de algún modo, pretenden abrir espacios de análisis
y critica que tanta falta hacen en este recinto educativo y que, debido a la
escasa iniciativa por parte de las autoridades, nos vemos en la necesidad de
crearlos y promoverlos.
La respuesta de las autoridades fue la de
cerrar el acceso del Auditorio antes mencionado, a los miembros de la
comunidad, como una señal represiva hacia el evento que se pretendía llevar a
cabo. Cada vez que empleamos argumentos respaldados en la Ley Orgánica del IPN,
en los Reglamentos y siempre dentro de los márgenes legales, recibimos una
respuesta totalitaria de parte del Director, la negativa, argumentando que él
es quien está a cargo de la escuela y que solamente él es quién para tomar las
decisiones en torno a la autorización o negación de la permisiva del uso de los
espacios e instalaciones de la ESIA-UZ.
Las cuestiones salen a relucir y que se dejan
al análisis individual de los lectores:
¿Acaso no toda la comunidad de la ESIA y del IPN,
tiene derecho al acceso de las instalaciones y de ejercer su derecho de
petición, como lo indica el artículo 106, Fracciones XI y XII del Reglamento
Interno? ¿Cuál es el criterio que emplean las autoridades para otorgar el uso
de los espacios, o es que es necesario ser un allegado de la dirección para
tener el “privilegio” de hacer uso de los mismos? ¿Por qué emplean toda una
tramitología compleja, ilegible e inútil para que se realice la solicitud de
uso de un espacio que, por ende y por derecho le pertenece a la comunidad de la
ESIA, sobre todo cuando se pretende utilizar con los fines que se establecen en
la Ley Orgánica (académicos) y nunca con alguna finalidad de lucro o intereses
particulares? ¿Acaso no tenemos derecho a la libertad de expresión de ideas y
de formar espacios de discusión y análisis críticos que permita a los alumnos
alcanzar uno de los objetivos del IPN, enmarcados en la Ley Orgánica en el
Artículo 3? Pero, si estas iniciativas no se encuentran dentro del marco
institucional burocrático, ¿entonces pierden legitimidad y esa es la razón por
la cual no pueden desarrollarse en un espacio de uso común dentro de la
ESIA-UZ?
¿Dónde queda esa “responsabilidad” que tienen
las autoridades con respecto al cumplimiento de esos objetivos tan cacareados
al momento de su toma de protesta frente a la comunidad que “representan y
sirven”, como lo indica el Código de Ética del IPN en su objetivo número 9:
“Tener una administración que apoye decididamente todo el proceso de
enseñanza-aprendizaje proveyendo los medios y recursos necesarios para que este
proceso se realice eficientemente”?
¿Acaso este objetivo no va de la mano con el
objetivo número 5: “Estimular tanto en los alumnos como en los profesores e
investigadores la sed de saber y la formación humanística, de tal modo que el
estudiante, al convertirse en profesional, llegue a ser un hombre creativo e
integrado afectivamente a la sociedad. Las escuelas del IPN existen
principalmente para desarrollar todo el potencial de los estudiantes, proporcionándoles
oportunidades para usar una variedad de caminos hacia el éxito”?
¿Entonces, también queda inerte el objetivo
número 3: “Inculcar en sus investigadores la búsqueda de nuevos conocimientos,
una vocación de amor a la cultura y a la formación de la juventud, para lograr
que la investigación conduzca a la preparación de conferencias, seminarios,
libros, material de apoyo, planes y programas educativos para la formación
óptima de estudiantes, docentes e investigadores, acorde con las necesidades
actuales del país. Estimular la investigación relacionada con “el aprender a
aprender” y ofrecer medios para difundir los resultados de la investigación”?
¿Por qué temen que la comunidad se vuelva
crítica y desarrolle sus capacidades de discusión sobre la realidad y todas las
cuestiones sociales que le incumben, o es que este tipo de acciones no tienen
qué ver con el proceso de “enseñanza-aprendizaje”?
¿A qué le tiene miedo el M. en C. Pino Durán
Escamilla que tiene que escudarse en su papel de dirigente de la administración
de la ESIA-UZ y emplea como arma de asedio la legislación politécnica, para con
ello comportarse como un represor hacia los miembros de la comunidad,
principalmente hacia los estudiantes, al negarles el acceso a determinados
espacios escolares para realizar actividades de manera independiente?
¿Acaso su función es la de quedar bien con la
Dirección General del IPN, sin importar que para ello se perjudiquen los
intereses generales de la comunidad de la ESIA-UZ?
¿Los directivos de las diferentes unidades
académicas del IPN está para servirse o para servir a la comunidad? ¿O es que
nada más están para quedar bien con los medios impresos cuando llegan a
realizar reportajes sobre las escuelas que dirigen, y entonces aprovechan para
decirle a todo el mundo que las cosas van de maravilla, cuando ni siquiera
tiene la capacidad suficiente para comunicarse con la misma comunidad a la que
“encabezan”?
Hacemos un llamado a la comunidad del IPN,
para que se ponga en tela de juicio no solamente las actitudes que toman en
particular las autoridades de la ESIA-UZ, sino las de todos los planteles del
IPN y principalmente las de la Dirección General de nuestro Instituto, que no
obedecen a los intereses reales de la comunidad, sino a los de algunos
particulares que pretenden convertir la educación en una mercancía y para ello
se valen de todas las medidas represivas y de simulación a las que puedan
acceder.
¡PORQUE LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO NO UN
PRIVILEGIO!
COORDINADORA ESTUDIANTIL POLITÉCNICA